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miércoles, 10 de junio de 2015

SOBRE EL ENFOQUE DE COMPETENCIAS, COMPLEJIDAD Y CURRÍCULO.
Autor: Prof. MSc. Félix A. Vargas A.
Correo electrónico: felixvargas2007@gmail.com


            En estos tiempos en los que hay un interés en el humanismo, Venezuela está inmersa en un marco de debate y discusión en torno a la educación; situación ésta que justifica el análisis crítico de enfoques o “modelos” curriculares.  Es el propósito de este texto describir el enfoque de competencias de modo que se valore sus bondades y limitaciones. Con esta tarea se aborda la conceptualización de competencias en el ámbito educativo desde la perspectiva de la complejidad y las limitaciones epistemológicas, filosóficas y pedagógicos presentes en la concepción curricular. 

            En este sentido, UNESCO (1996) en el denominado Informe Delors aborda las problemáticas propias de la sociedad del conocimiento. Su énfasis reside en la necesidad de seguir aprendiendo a lo largo de la vida para reducir así la exclusión social. Al respecto, Medina (s/f) afirma que éste es “un problema claramente educativo, como reconocen los autores, que nos enfrenta a uno de los más importantes desafíos que ha de abordar la educación ahora que se inicia el siglo XXI”. Esta situación se evidencia al acentuar la dependencia de las competencias y conocimientos que el individuo haya logrado adquirir a lo largo de su vida. 

De esta manera, el polisémico término “competencias” se puede conceptualizar como “procesos complejos de desempeño con idoneidad en determinados contextos, teniendo como base la responsabilidad” (Tobón, citado por Tobón y otros, 2006, p. 100). De acuerdo con esta conceptualización, en ella prevalece la influencia del sentido de la complejidad con un enfoque socioformativo.

Sobre este particular, el enfoque socioformativo deriva en desafíos debido a que exige procesos complejos de desempeño, idoneidad y compromiso ético (Tobón y otros, 2006) ya que se basa en el análisis, comprensión y resolución de problemas contextualizados y la elaboración de proyectos, al trabajo en sesiones presenciales y el tiempo de trabajo autónomo y busca generar interés y retos de aprendizaje en los estudiantes.

Se deduce que la puesta en práctica de competencias se traduce en una complejidad en el plano pedagógico expresado en facultades o capacidades de naturaleza cognitiva, actitudinal y procedimental con la finalidad de prepararlo para su tránsito social, laboral, profesional. Con el enfoque de competencias se supera la visión fragmentaria de la educación tradicional que aún traslada el docente al ambiente de aprendizaje mediante conocimientos sin pertinencia y desde la figura de disciplinas o asignaturas creando compartimentalización del saber.

Siguiendo la misma línea, los pilares que impulsan el enfoque por competencias se afianzan en ser, saber, hacer y convivir (UNESCO, 1996). De este modo, el paradigma de competencias tiene una visión integral de la educación para formar en su totalidad a la persona orientados estos esfuerzos a establecer vínculos sólidos entre la escuela y la sociedad. Por consiguiente, la enseñanza por competencias conlleva la redefinición de los propósitos del currículo y redimensionar los contenidos programáticos de forma tal que el currículo resulta en un  todo integrado.   

A modo de balance, el enfoque de competencias es una herramienta de actualización permanente aunado a la necesaria indagación científica sobre los procesos desarrollados en los ambientes de aprendizaje. Esta concepción requiere una configuración específica del docente y de sus metodologías de enseñanza. Sin embargo, es un enfoque que ha encontrado defensores y detractores a pesar que se adecua a los lineamientos de organismos internacionales en cuanto a educación permanente o a lo  largo de la vida y para todos. Estructurar una base teórica sólida es un reto que se le plantea como parte de los cuestionamientos. Un currículo flexible, integrador que favorezca por tanto un aprendizaje permanente es su característica distintiva.

Como interrogantes generales de cierre planteo: ¿Es suficiente ubicar el fundamento para promover el cambio curricular en nuestro país de acuerdo con las tendencias a revisar mediante la educación comparada? ¿Existe un fundamento epistemológico en el contexto regional y local a seguir? Es aquí donde existen temas polémicos para debatir.


REFERENCIAS

Delors, J. (1996). La Educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la
Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI. Madrid: Santillana – Ediciones UNESCO. http://www.unesco.org/education/pdf/DELORS_S.PDF

Medina F., O. (s/f). Validación de competencias y exclusión social en la
sociedad de la información. Departamento de Educación. Universidad de Las
Palmas de Gran Canaria. En Herramientas Nº 52.

Tobón, S. y otros (2006). Competencias, calidad y educación superior. Colección Alma

            Mater. Colombia: Cooperativa Editorial Magisterio.

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