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viernes, 5 de junio de 2015

CURRÍCULO Y DIDÁCTICA.
 Autor: Prof. MSc. Félix A. Vargas A.
 Correo electrónico: felixvargas2007@gmail.com 

 Los enfoques del currículo tienen énfasis teórico en la psicología, pero también en los de carácter academicista o intelectualista, tecnológico, socio-reconstruccionista y dialéctico (Magendzo y Pinto, citados por Bolaños y Molina, 2001, p. 92). El propósito de este texto es analizar las diversas concepciones del currículo y generar argumentos propios acerca de sus vinculaciones con la didáctica. La intención consiste en describir desde autores la existencia de distintas tipologías de concepciones y fundamentos del currículo y su influencia en la didáctica. 

Se plantea por tanto que en la práctica educativa el docente es quien hace operativo el currículo en el ambiente de aprendizaje con su toma de decisiones ante interrogantes tales como: ¿qué enseñar?, ¿cómo enseñar?, ¿cuándo enseñar?, ¿qué, cómo y cuándo evaluar? Por esta razón comprender es importante así como lo son identificar, distinguir y analizar las diversas concepciones y fundamentos que orientan el diseño curricular. No obstante, es oportuno aclarar que el profesorado enseña y aprende de acuerdo con los enfoques curriculares recibidos en su formación inicial, incluso con las concepciones epistemológicas, metodológicas, teóricas, que refleja en sus estilos de enseñar en relación compleja con otros factores (Gimeno S., 1991, p.6-7). 

Vistas estas consideraciones es pertinente proponer el recorrido que se inicia con la descripción de las concepciones curriculares prevalecientes en la didáctica. 

En la primera concepción, según Estebaranz G. (1999) el currículo se entiende como una estructura organizada de disciplinas de manera integral y secuencial con fines de control en la educación. Distinguiéndose, Dewey y Bobbit con su “innovación” de la concepción curricular en la que incorporan la organización en asignaturas con el profesor como un planificador y un director de experiencias educativas. Es así como se bifurcan estos enfoques: por un lado los conservadores y por otro los innovadores apoyados en la experiencia como valor del currículum cimentado en las necesidades de los niños, educando la mente para el desarrollo individual. 

El currículo como campo de actividad profesional representa la tercera concepción y destaca el concepto de currículo como plan de instrucción planteado por Gimeno y Pérez Gómez, 1983; Ferrández, 1990, citado por Estebaranz (1999, p.150). 

Abarca toda la gama de experiencias dirigidas y no dirigidas que se demuestran en las habilidades individuales así como las experiencias formales obtenidas en la escuela. La cuarta concepción se centra en la búsqueda de la eficacia en el currículum. Se entiende el modelo curricular como un proceso tecnológico de producción para el logro de los propósitos de quienes toman decisiones. Es denominada posición tecnológica o hiperracional. Los individuos no se interesan por la búsqueda de sentido del currículum o la dirección del mismo sino que, por el contrario, importan los medios para la obtención de resultados eficaces. 

En este orden de ideas, se cuestiona el enfoque tecnológico del currículo al emerger dos tendencias. Una conformada por los neoconservadores quienes mantienen materias, métodos y procedimientos tradicionales. La otra tendencia se constituye en reconstruccionistas al impulsar un currículo como factor de cambio social sustentada en los aportes de la psicología del aprendizaje con mucho énfasis en los procesos de desarrollo cognitivo, personal y social.

Considerando lo antes expuesto se puede identificar como la didáctica se orienta por los lineamientos filosóficos, epistemológicos, psicológicos, sociológicos generando una tendencia o corriente cuya naturaleza así lo refleja. En este sentido, interesante resulta el análisis del currículo en las ideas de Posner (2001) en cuanto a las cinco perspectivas teóricas a las que denomina tradicional, experiencial, estructura de las disciplinas, conductista, y cognitiva (p. 48-49). Esta tipología motiva a pensar en la diversidad de enfoques existentes que están implícitas. Así pues, cada perspectiva es un conjunto de enfoques que le da forma al currículo. Por tanto, existe un eclecticismo curricular al ser cada perspectiva herramienta de análisis y de orden pedagógico. 

Con esta idea se intenta un análisis curricular que defiende el supuesto de un eclecticismo reflexivo al cuestionar modelos curriculares con base en una perspectiva teórica al destacar junto con Schwab citado por Posner (2001, p. 275) las limitaciones del alcance del currículo, la abstracción y la pluralidad teórica. Por tanto, esta decisión supone un esfuerzo por superar una perspectiva en función de la complejidad que posee la planificación curricular.

En este sentido se comprende que el análisis del currículo pretende la mejora del mismo y de los procesos didácticos que el docente desarrolla en el ambiente de aprendizaje. Se trata de un modo integral y complementario que justifique la necesidad de preparar una mente lúcida en los estudiantes acorde con la denominada planetarización o era planetaria. 

A modo de conclusión, se evidencia una diversidad de concepciones del currículo que varían de un autor a otro. Sin embargo, se entiende que son referentes para el análisis y comprensión del currículo así como para precisar los cimientos o fundamentos que las sustentan. Ahora bien, el docente es quien aplica o desarrolla el currículo y sus diversas manifestaciones en el ambiente de aprendizaje con la impronta de su formación, las teorías y sus perspectivas epistemológicas. La didáctica ha evolucionado históricamente demostrando los enfoques particulares que no niegan su complementariedad. Los contextos social, cultural e histórico están entre los elementos que pueden unificar un modelo curricular, previo análisis riguroso de sus componentes. 

De allí pues que el docente protagonista de la implementación del currículo y agente de la didáctica debe mantenerse atento a los puentes entre ellos para actualizar el primero mediante la investigación educativa y convertir en un proceso creativo e innovador al segundo. 

REFERENCIAS

 Bolaños B., G. y Molina B., Z. (2007). Introducción al currículo. Costa Rica: Editorial Universidad 
      Estatal a Distancia. 

 Estebaranz G., A. (1999). Didáctica e innovación curricular. Sevilla, España: Universidad de Sevilla.
      Serie Manuales Universitarios, Número 25. 

Gimeno S., J. (1991). El Curriculum: una reflexión sobre la práctica. Madrid: Ediciones Morata.

Morín, E. (1999). Los sietes saberes necesarios para la educación del futuro. Paris: Organización de 
      los Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)

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